Esta frase es sin duda una de las más escuchadas por padres y profesores a lo largo del curso. Los niños empiezan a sacar malas notas, no tienen ganas de estudiar, van a clase sin ganas o incluso empiezan a no ir…
Hay diferentes explicaciones del por qué sucede esto, pero la mayoría están de acuerdo en que no existe un único factor, sino que son diferentes causas las que hacen que al final los niños no quieran estudiar. Algunas de las causas más comunes son: dificultades de aprendizaje, falta de motivación, falta de interés por las asignaturas, problemas familiares o acoso escolar.
La tasa de abandono educativo temprano se situó en torno a un 13,9% en 2022 según el Ministerio de Educación y Formación Profesional un 0,6% más respecto al año anterior, Una tasa que llevaba años descendiendo y ha sufrido en este último año un ligero ascenso.
Para que estas cifras no sigan aumentando es importante saber por qué no quieren los niños/as estudiar. Es conveniente hablar con él o ella, intentar no juzgarle y únicamente interesarse por las razones. Debemos hacerle entender que lo único que queremos es ayudarle y que esté bien. También es importante descartar que haya algún problema específico, como podría ser ansiedad, depresión, baja autoestima, problemas de aprendizaje, acoso escolar, etc. Si no lo tienes claro, es conveniente buscar ayuda y pedir una valoración a un profesional especializado.
Para poder ayudar a los niños/as a recuperar esas ganas de estudiar debemos:
- Tener paciencia.
- No compararle con los demás niños.
- Ser exigentes y a la vez mostrar cariño y respeto.
- Aplicar refuerzo positivo si muestran interés y esfuerzo.
- Conocer qué es lo que les mueve.
- Establecer objetivos reales.
Lamentablemente no hay una fórmula mágica que haga que los niños/as recuperen de la noche a la mañana las ganas de estudiar, pero con paciencia y esfuerzo por ambas partes es posible volver a recuperarlas.
Raquel Diego Ayarza
Maestra